La Viagra, un medicamento para la disfunción eréctil (DE), ha sido un elemento básico en el tratamiento de los problemas de la función sexual masculina. Actúa principalmente aumentando el flujo sanguíneo al pene, lo que ayuda a los hombres a lograr y mantener una erección. Es importante destacar que la Viagra también puede reducir la presión arterial, una característica que debe tenerse en cuenta al hablar de su uso en pacientes cardíacos.
Viagra, junto con Cialis, Levitra y Stendra, forman parte de una clase de medicamentos conocidos como inhibidores de la PDE5. Estos fármacos actúan relajando el tejido muscular liso y dilatando los vasos sanguíneos, especialmente los del pene, lo que facilita la erección. Sin embargo, este efecto de dilatación también puede afectar a otros vasos sanguíneos de todo el cuerpo, contribuyendo a la disminución general de la presión arterial.
El Colegio Americano de Cardiología establece directrices sobre el uso de Viagra, incluido su uso después de procedimientos cardíacos específicos como la cirugía de bypass y la ablación. Estas directrices constituyen una fuente de información crucial tanto para los profesionales médicos como para los pacientes.
La cirugía de bypass y la ablación son dos procedimientos cardiovasculares diferentes.
El objetivo de la cirugía de bypass es redirigir el flujo sanguíneo alrededor de las arterias coronarias obstruidas, mientras que la ablación se dirige a pequeñas zonas del corazón que pueden estar causando problemas de ritmo y las destruye.
Según el Colegio Americano de Cardiología, los pacientes cardíacos que se han recuperado de un bypass coronario o de una ablación pueden utilizar Viagra u otros inhibidores de la PDE5. Sin embargo, los pacientes deben esperar cierto tiempo antes de empezar a tomar estos medicamentos, normalmente al menos seis meses después del episodio cardíaco, siempre que su estado sea estable.
En general, la Viagra y otros medicamentos para la disfunción eréctil se consideran seguros en enfermedades cardiovasculares estables, como la insuficiencia cardíaca, la hipertensión y la enfermedad coronaria. Un amplio estudio muestra incluso que los hombres que toman estos medicamentos tienen menos probabilidades de sufrir insuficiencia cardíaca, ictus e infarto de miocardio, con lo que se reduce potencialmente la muerte prematura por enfermedad cardíaca en un 25%.
No existen pruebas claras de que el Viagra se asocie a un aumento de la tasa de infartos de miocardio o episodios cardiovasculares. De hecho, en hombres sin enfermedades cardiovasculares, las pastillas para la disfunción eréctil se consideran en gran medida seguras.
Aunque el Viagra es seguro para la mayoría de los hombres con enfermedades cardíacas, no se recomienda para las personas con presión arterial baja, ya que dilata las arterias, lo que puede reducir aún más la presión arterial.
La combinación de Viagra con nitratos es muy arriesgada, ya que aumenta significativamente el riesgo de hipotensión potencialmente mortal, también conocida como presión arterial baja. Por lo tanto, Viagra no debe recetarse a pacientes que reciban algún tipo de tratamiento con nitratos.
Antes de empezar a tomar Viagra o cualquier otro medicamento para la disfunción eréctil después de una cirugía de bypass o ablación, es esencial consultar con un profesional sanitario. Éste tendrá en cuenta todos los factores, incluidos los temores o ansiedades que el paciente pueda tener sobre la actividad sexual después de un episodio cardíaco, y garantizará el uso seguro de estos medicamentos.
Los pacientes cardiacos que se han recuperado de una intervención de bypass o ablación pueden tomar Viagra u otros medicamentos para la disfunción eréctil. Sin embargo, siempre deben consultarlo con su médico, sobre todo en relación con el uso de otros medicamentos como nitratos o anticoagulantes. En particular, no se conoce ninguna interacción entre el Viagra y los anticoagulantes, como la warfarina o el Xarelto, pero la consulta médica individual es crucial para evaluar los riesgos y beneficios personales.