Cómo curar la disfunción eréctil debida a los medicamentos
La disfunción eréctil (DE) puede ser a menudo un efecto secundario de ciertos medicamentos. Algunos culpables conocidos son los antihistamínicos, los antiandrógenos, utilizados especialmente para el tratamiento del cáncer de próstata, y los anticolinérgicos, prescritos para la vejiga hiperactiva. En concreto, se ha observado que fármacos como la cimetidina (Tagamet), el dimenhidrinato (Dramamine), la difenhidramina (Benadryl) y la hidroxizina (Vistaril) causan problemas de erección.
Ciertos medicamentos, especialmente los que afectan al sistema nervioso central, no sólo suprimen sus funciones, sino que también pueden infligir graves daños a los vasos sanguíneos. Esto podría provocar una disfunción eréctil permanente en algunos individuos.
Si sospecha que un medicamento es la causa de su disfunción eréctil, es imprescindible que consulte a su médico. El profesional evaluará su situación y podría realizar ajustes en su prescripción actual, ya sea modificando la dosis o cambiando a otro fármaco que no tenga efectos secundarios similares. Es fundamental recordar que los cambios en la erección pueden tardar desde varios días hasta semanas después de suspender o cambiar un fármaco.
Para quienes sufren disfunción eréctil debido a los medicamentos, existen varios tratamientos orales. Los medicamentos para la disfunción eréctil pueden presentarse en forma de pastillas o fármacos que se introducen directamente en la punta del pene. Estos tratamientos suelen ser la primera medida recomendada por los profesionales sanitarios.
Aunque existen numerosos suplementos de venta libre y remedios herbales que afirman tratar la disfunción eréctil, es esencial ser precavido. Obtenga siempre la aprobación de un médico antes de explorar estas opciones, asegurándose de que no interferirán o exacerbarán los efectos secundarios de la medicación causante de la disfunción eréctil.
Las inyecciones en el pene son otra opción de tratamiento viable. Un método, conocido como terapia intrauretral, consiste en insertar un pequeño gránulo de fármaco en la punta del pene. Esta terapia es eficaz y los resultados suelen aparecer en 10 minutos.
Para quienes buscan alternativas sin fármacos, los dispositivos de erección al vacío pueden ser una opción. Estos dispositivos introducen sangre manualmente en el pene mediante succión. Una vez alcanzada la erección, un anillo de tensión ayuda a mantenerla.
Otro método a considerar son los implantes de pene. Estos dispositivos se implantan quirúrgicamente en el pene y pueden inflarse para crear una erección y desinflarse cuando no se necesitan.
Los supositorios uretrales ofrecen otro enfoque.
Se inserta un pequeño supositorio en la uretra para aumentar el flujo sanguíneo al pene y favorecer la erección.
En los casos en que la disfunción eréctil está relacionada con niveles bajos de testosterona, la terapia de sustitución de testosterona puede ser una opción viable. Sin embargo, cabe señalar que este tratamiento puede no ser eficaz si la disfunción eréctil tiene su origen en problemas circulatorios o nerviosos.
Por último, hay esperanza para quienes sufren disfunción eréctil debido a la medicación. En muchos casos, la disfunción eréctil puede revertirse. Un estudio del Journal of Sexual Medicine informó de una tasa de remisión del 29% al cabo de cinco años. Incluso si la disfunción eréctil no es totalmente curable en algunas situaciones, el tratamiento adecuado puede reducir significativamente o incluso erradicar los síntomas.